Los dueños de La Copa

Cuatro jugadores albos se confesaron en una conversación con El Diario de Hoy. Todos tenían guardado algo curioso

Publicada 8 de junio 2004, El Diario de Hoy

W. Alfaro/T. Romero
El Diario de Hoy
deportes@elsalvador.com

Ya relajados luego del juego en el que se coronaron campeones del Clausura, cuatro figuras de Alianza fueron reunidas por El Diario de Hoy.
Se habló de todo. Desde el juego que ganaron a FAS, pasando por el trabajo arbitral, los penales y las actitudes de los jugadores, hasta el juego entre Colombia y Uruguay.
Miguel Montes, Martín García, colombiano, y los uruguayos Luis Espíndola y Alejandro Curbelo, sacaron todos sus secretos.

Las hormigas
Entre varías anécdotas, con una sonrisa amplia dibujada en su rostro, Espíndola contó que luego de conseguir el empate a un gol, fue a celebrar, pero su error fue hacerlo sobre un hormiguero. Las hormigas acortaron el festejo.

La barrera
Montes confesó que gusta poner cuatro jugadores en la barrera, pero llegó Navarro y lo tuvo que apartar. Después un jugador de FAS y Mario Guevara atrás de él, para custodiarlo. Entonces se corrió al medio para ver la pelota, pero no pudo llegarle al disparo.

Cabello pintado
García dijo no tener cábalas, pero ya que en el 2001 se tiño el cabello y quedó campeón, optó por repetirlo. Le funcionó.

De la chochera
Martín dice que respeta a Agustín Castillo, como persona y entrenador, pero no le gustó lo que dijo sobre él al calificar de payasadas su caídas, interpretadas como pérdida de tiempo. “Si te pegan, te tienes que tirar, con que me crean mi familia y mi mamá me basta”, dijo.

Antifútbol
Curbelo coincidió con sus compañeros al afirmar que con uno menos en la cancha, no tenían otra opción que ir a defenderse y esperar una opción adelante, a balón parado o un contraataque.

Qué susto
“El Colorado” tiene acostumbrados a todos de que cuando cobra un penal lo hace en forma potente, pero el domingo optó por colocarlo. Todos se asustaron pero el aseguró que había estudiado a Castro y siempre se la jugaba. Sus compañeros dijeron que fue un golazo.

El empate
La igualdad en el marcador ya en los penales preocupó a todos. Martín no fue la excepción, así que pensó: “Hay Dios mío, a apretar otra vez para que este loco (Montes) tape, y tapó”.

Promesas
Ninguno de los cuatro hizo promesas, sin embargo, coincidieron en que hay que cumplirlas. Este es el caso de Alex Erazo, a quien dijeron iban a lograr que se rapara.

A la derecha
¿Para dónde los vas a tirar? Esa fue la pregunta que Montes le hizo a todos los tiradores de penalti de FAS. Marvin Benítez le dijo que hacia la derecha, y no mintió para suerte de Montes.

Un gol
Espíndola no había logrado convertir ningún tanto en el campeonato, sin embargo, ayer anotó su primer y última anotación del Clausura 2004. Fue muy valioso.

Punto penal
Era un hoyo y el central no permitía que la corrieran ni un centímetro, así que cuando pateaban levantaban un poco de grama y polvo.

Quejas de fas
Curbelo fue claro. “No me gustan los malos perdedores, no me parecieron las declaraciones de Bentos, fue la impotencia que tuvieron al jugar 100 minutos y no poder aprovechar las oportunidades”.

De Mugica
Los cuatro jugadores coincidieron en que tenían que jugar con las armas con que contaban, y por eso la estrategia de Mugica fue justificada. Todos estaban satisfechos con el trabajo del entrenador.

Primera vez
Martín García no había tocado la copa hasta que se reunió con El Diario de Hoy. Dijo que durante la entrega y el festejo estaba tan agotado que ya no tenía fuerzas para correr. Tenía calambres en ambas piernas

La formula
No hay fórmula para tirar bien un penal, sólo hay que estudiar un poco al portero rival y luego arriesgar. En eso coincidieron los jugadores aliancistas.

Estudio
Montes no ocultó que para completar un buen trabajo, no se limitaron a practicar los penales sino que también se puso a estudiar los lanzamientos de los posibles pateadores santanecos.

Sicología
Los albos no trabajaron el aspecto sicológico por separado, pero si hablaron entre ellos de que si estaban en desventaja debían mantener la calma y buscar la remontada. Claro, primero tenían que empatar.

La mordida
Luego de pararle el penal a Marvin, Montes se quedó con el balón y lo besó, pero después sintió nerviosismo y la mordió. Después lo pagó caro ya que le dolió la mandíbula.

Se tiene confianza
El abridor de la tanda de penales de los blancos no sólo es de la confianza del técnico, sino también se tiene fe. Eso, aseguró, le permitió asegurar el primer tiro.

Feo pero efectivo
Curbelo aseguró que la afición de Alianza lo que quería era que su equipo ganara el título, y lo consiguieron, así que dijo que prefería ser criticado y tener el título, a jugar bonito y quedar fuera.

Sin fuerzas
Luego del gol de su compatriota Espíndola, Curbelo prefirió ir por el balón y luego regresar al medio campo. Confesó que en parte fue miedo a que FAS moviera el balón rápido pero que también estaba exhausto.

Motivación
Dar la satisfacción a los hinchas fue el mayor premio para García, ya que dijo que había gente que dejaba de desayunar y almorzar para poder ir al estadio. Ganar era lo menos que podían hacer.

Que venga el FAS

Los albos lograron su pase a la final, luego de derrotar a Firpo, con un gol agónico de Silvera justo al final del tiempo extra.

Publicada 31 de mayo 2004, El Diario de Hoy

Mario Posada/ Rafael Cárcamo
El Diario de Hoy
deportes@elsalvador.com

Minuto 11 del segundo extra tiempo. El árbitro central, Ramón Migdonio Argueta se deja sorprender por una acción teatral del delantero Álex Erazo y cobra falta en los linderos del área pampera, tras una barrida de Emerson Véliz.

Frente al balón se paran el mismo Erazo y Yari Silvera. Al final, el uruguayo ejecuta la falta y manda su disparo colocado sobre la barrera manuda.

El balón se estrella en el larguero. Para mala suerte de los usulutecos, la pelota choca en los pies del portero Óscar Mejía y se introduce en la meta oriental.

En las gradas del Cuscatlán, una mezcla de euforia y decepción. La primera, reflejada en el rostro de los hinchas albos. El gol de Silvera significaba la clasificación a la final del Clausura 2004, que deberán dis****r contra el FAS.

La frustración quedó prendida en la retina de los aficionados firpenses, quienes vieron a su equipo, que durante la mayor parte del juego fue superior a los capitalinos, cómo quedaba, nuevamente, fuera de la dis**** por un título.

De entrada

A Gustavo De Simone el partido se le puso cuesta arriba al 22’, cuando tuvo que modificar su planteamiento, luego de que Castro Franco se lesionara la rodilla derecha, dándole paso a Rodrígues.

Un minuto más tarde, la orquesta alba comenzó a sonar. El reaparecido Martín García madrugó a la zaga pampera, al cobrar de forma rápida una falta.

Sirvió para Fontela, quien sin pensarlo dos veces, disparó a quemarropa frente al meta dominicano Óscar Mejía, para abrir el marcador.

Al 41’, Alianza ejecutó la segunda melodía. El recién ingresado Cristian Zelaya cobró un tiro libre que Barrientos cabeceó a placer en el área chica firpense para el 2-0.

Pero Firpo no se amedrentó. Antes de irse al descanso, Guillermo Morán, de cabeza, aprovechó una seguidilla de imprecisiones de la zaga aliancista para descontar.
El gol del empate taurino, al igual que el del triunfo aliancista, provino de una imprecisión arbitral.

Paulo Rodríguez filtró un balón a Véliz, quien llegó en sustitución de “Chepe” Martínez, en el área aliancista.

Alejandro Curbelo disputó, cuerpo a cuerpo el balón, y el usuluteco se dejó caer. Migdonio Argueta, lejos de la acción, pitó pénalti.

Curbelo, enfurecido, empujó al referi, quien sólo atinó a amonestarle.

El mediocampista Santos Cabrera se encargó de ejecutar la pena máxima y, con tiro cruzado, venció a Miguel Montes. Tablas. Así, empatados, se fueron al extra tiempo.

Al 101’, Cabrera vió la segunda amarilla tras una inexistente falta sobre Martín García y se fue a las duchas. De Simone, nuevamente, tuvo que modificar su estrategia.

Envió a Zelaya en lugar de Víctor Merino, apostándole, con todo, a mantener el empate para luego definir el juego a través de los tiros de penalti.
Sin embargo, los pronósticos fallaron. Silvera fue el culpable. Ramón Migdonio Argueta también.