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Los principales agentes no se fían de rituales exóticos, sino de rutinas sencillas que les permiten saber siempre cuál es su posición y hacia dónde se dirigen.
Por Emory Thomas Jr.
Si buscas la palabra "habit" (hábito) en el sitio Web de citas Barlett, aparecerán más de 300 resultados. “No hay nada más fuerte que un hábito”, dijo el poeta romano Ovidio. Y según Aristóteles, "Los buenos hábitos adquiridos durante la juventud son los que hacen la diferencia".
En el caso de los inversionistas, ¿serán hábitos adquiridos durante una etapa temprana los que marcan la diferencia?
En una palabra, sí. Al invertir, nada tiene más importancia que contar con una planificación sólida y bien pensada. Pero toda la planificación del mundo falla si no se cuenta con un buen seguimiento, que vendrían siendo los hábitos correctos para realizar y alimentar esos planes.
Al buscar las rutinas diarias, mensuales y anuales que hacen crecer los retornos de los principales inversionistas, encontramos cuatro de las más útiles y potencialmente rentables.
Llevar un diario
Bert Dohmen, fundador de Dohmen Capital, tiene un sólo requisito para los nuevos empleados en su compañía de inversiones en Los Ángeles: “Cómprate un cuaderno de un dólar”. “Lleva un diario de transacciones diarias. Anota lo que sucede en el mercado cada día y lo que hiciste y pensaste”.
Este ejercicio tiene dos objetivos: aprender de tus errores y obligarte a ordenar tus ideas.
Jeffrey Saut, estratega de mercado de la firma Raymond James, señala que sus diarios se remontan a 1962. “Así es, los uso como referencia”, insiste.
Jon Markman, columnista de MSN Money, que recientemente lanzó su propio fondo de protección, señala que él hace anotaciones de todas las transacciones que realiza. Y en algunas ocasiones, las lecciones aparecen a simple vista, fáciles de deducir.
“Por ejemplo”, cuenta Markman durante un reciente intercambio de mensajes de correo electrónico, “me fue muy bien con AMR Corp. . Cuando las acciones (de la matriz de American Airlines) estaban a $2, compré y las vendí cuando estaban a $3,75 más o menos… Me alegré mucho de estas ganancias.
“Pero después sucedió lo que esperaba: la tripulación acordó negociar y la compañía evitó la bancarrota. . . y no volví a comprar mas de sus acciones ni de otras. Vendí. Limité mis ganancias aunque la tendencia de las noticias y de las acciones me apoyaba. Vacilé. Mis ganancias fueron buenas, aunque pudieron haber sido excelentes.
“Eso es algo que tienes que aprender de ti mismo.”
La mayoría de los inversionistas no realiza transacciones cada día (y así debería ser) como Dohmen y Markman. Pero ese cuaderno de $1 es igual de valioso para un inversionista menos activo. La tendencia del mercado y nuestra perspectiva sobre él evoluciona constantemente al igual que nuestras ideas.
Al anotar estas ideas ahora, puedes analizarlas más tarde y descubrir cosas nuevas e importantes.
Mantén una puntuación
Obviamente, es importante saber el desempeño que se tiene como inversionista. Suena sencillo, pero no lo es.
Estos son cuatro pasos clave que tienes que seguir.
Paso 1: Escoge el tiempo oportuno. Los profesionales tienden a examinar sus carteras diariamente o, por lo menos, una vez por semana. La mayoría de nosotros no necesita estar tan pendiente. En realidad, los asesores de inversiones insisten en que es un error grave evaluar tus inversiones más de una vez al mes.
“¿Diariamente? Ese es uno de los peores hábitos que se puede tener”,dice Ed Osborn, Director de la compañía de inversiones Bingham, Osborn & Scarborough en San Francisco. “Una vez cada trimestre es suficiente. Probablemente, una vez al año estaría bien.”
Si ves que esos números cambian cada día, el movimiento te abrumará. En poco tiempo, estarás tomando medidas basándote en ese movimiento. Y probable el resultado será tan desastroso como el movimiento mismo.
Paso 2: Sé totalmente honesto. Agrupa todas las acciones de tu cartera y evalúalas en conjunto. Osborn piensa que muchos de sus clientes tienen la costumbre de examinar solamente sus carteras de acciones o solamente sus cuentas de retiro. Es importante colocar todas tus inversiones en una gran canasta y examinar su rendimiento conjunto. Y si haces retiros de tus inversiones para gastos, hazlo de una sola cuenta, ya que de lo contrario es muy difícil hacer un seguimiento del desempeño.
Al mismo tiempo recuerda que la clave de todo es la apreciación. No basta con ver que cinco o siete de tus acciones o fondos mutuos registraron ganancias durante el trimestre. Si los otros dos tuvieron un mal rendimiento, es posible que en general hayas perdido dinero.
Paso 3: Escoge la opción correcta. ¿Cómo decidir si estás ganando o perdiendo? Nos vienen a la mente las dos reglas de inversión de Warren Buffett: Regla Nº 1: No pierdas dinero. Regla Nº 2: No te olvides de la regla Nº 1. Pero, obviamente, no es tan sencillo. Necesitas escoger la opción correcta para poder comparar. Algunos asesores recomiendan esperar a tener un porcentaje determinado de ganancias, por ejemplo de un 6% anual, para toda tu cartera.
Eso está bien, pero tienes que pensar que en algunos años, independientemente de que tus inversiones estén verdaderamente diversificadas, tu cartera no tendrá muchas ganancias. De hecho, es posible que te tome una década o más saber si estás alcanzando tus objetivos a largo plazo. Osborn recomienda comparar el desempeño de tu cartera principalmente con métricas de riesgo. “No dejes que aumente o disminuya en más de un 5% en un trimestre”, señala. Al limitar el riesgo puedes estar más próximo de garantizar un cierto estándar de rendimiento histórico, agrega.
Paso 4: Comienza a mantener una puntuación. Teniendo el tiempo adecuado, datos completos y las opciones correctas, puedes comenzar a mantener una puntuación. Hay un sinnúmero de maneras de hacerlo. Para muchos, basta con un cuaderno.
Pero si buscas algo más elaborado, puedes usar un software como Money de Microsoft o Quicken de Intuit para analizar los datos de manera más completa. . La clave es elegir un sistema y usarlo todo el tiempo, y mientras más pronto, mejor.
Lee mucho, pero selecciona lo que leas En el mundo hay dos tipos de lectores: los lectores voraces y los lectores selectivos. La mayoría de nosotros necesita hacer la diferencia.
Mark Greenberg, gerente del fondo Invesco Leisure (FLISX) es un lector voraz. Se despierta todos los días a las 5 a.m. en Denver para leer los dos diarios locales y el New York Times. Luego en su oficina, revisa el Wall Street Journal y el Financial Times (y los termina completamente en la noche). Lee revistas sobre inversiones cuando va a la cama y, cada vez que viaja en avión, lleva consigo alrededor de 20 libras de material de lectura. “Soy un omnívoro”, afirma. “Pienso que en todo hay una oportunidad de aprender”.
La realidad es que la mayoría de nosotros no puede, o no quiere, tener ese ritmo y hay razones importantes para ello. La sobrecarga de información nos puede llevar a creer que sabemos más de lo que en realidad sabemos. Como dice el asesor financiero Osborn, “No importa cuánto leas, nunca vas a estar a la par con lo que sabe el mercado”.
Habiendo dicho eso, cada inversionista necesita tener una rutina de lectura. Así como mantener una puntuación (ya descrito anteriormente) la lectura tiene que ser ordenada, racional y coherente.
Cuatro sugerencias para crear esta rutina:
· En primer lugar, fíjate una cantidad de tiempo determinada para leer cada día y decide conscientemente qué es lo que más te interesa. Es fácil leer lo primero que se nos presenta, de lo cual la mayoría resulta inútil.
· Lee lo suficiente para saber hacia dónde se dirige el mercado en general. “Lo que es más importante”, indica Saut, (estratega en inversiones de la firma Raymond James) “necesitas identificar la tendencia principal del mercado”. Como mínimo necesitas saber cómo se está comportando el mercado para medir el rendimiento de tu cartera.
· Lee sobre tus inversiones. Un fondo mutuo en el que has invertido cambia de gerentes, o una empresa en la que tienes acciones es adquirida por otra. Necesitas saber los grandes cambios para manejar tu cartera de manera inteligente.
· No pierdas tiempo en pequeñeces. Un día de fluctuaciones grandes en Wall Street no debe distraerte. Un nuevo punto de datos económicos, al margen de cuánto afecte los valores de los bonos o las acciones el día en que se da a conocer, no debe obligarte a nada. Es mejor ignorarlo.
Toma las acciones una vez al año Una vez al año, dedica el tiempo necesario para evaluar tus estrategias de inversión. No se trata de llevar una puntuación. Sino de examinar la situación general.
Brett Steenbarger, sicólogo y agente que estudia los efectos de la emoción en el mercado bursátil, hace esta evaluación cuando realiza su declaración de impuestos.
“Yo mismo hago mi declaración”, me dijo hace poco. “Realizo cientos de transacciones al año y no uso ningún software para hacer mi declaración de impuestos. Reviso cada transacción realizada durante el año para analizar lo que hice bien o mal y así identificar las inversiones que más destaquen.
Te advierto de antemano que este método realmente te puede hacer más humilde.
Hace dos años, Steenbarger descubrió que si bien la mayoría de sus transacciones fueron rentables, unas cuantas resultaron muy negativas y afectaron toda su cartera. Así que realizó un ajuste, fijándose algunas reglas personales para establecer límites que restringieran las pérdidas que podían absorber sus inversiones.
Así que, ¿cuándo es el mejor momento para realizar este hábito anual? Para la mayoría de las personas son al momento de hacer la declaración de impuestos, al final del año, a comienzos del otoño o término del verano.
Pero así como sucede con cualquiera de estos cuatro hábitos clave, Osborn dice, “El mejor momento de hacerlo es cuando realmente vas a hacerlo”.