Efectivamente ... yo estuve en Ahuachapán, y a mi juicio, el técnico se equivocó al enviar al terreno un equipo totalmente defensivo.
En el primer tiempo, el Once Muncipal nos borró de la cancha, nos bailó como quiso, y para colmo, nuestra brillante defensa (en éste caso Velásquez), en lugar de despejar un peligroso balón dentro del área, decide pasarla a otro compañero, y el delantero ahuachapaneco los madrugó y soltó un furibundo zapatazo que dejó a todo el mundo con una rabia enorme ... gol de Once Muncipal. Y nos siguieron bailando y asustando cuanta vez quisieron. Hasta el colorado Reyes se dió gusto driblando (cuando todos sabemos que es rematador, pero no hábil con el balón).  uuuuutttttttaaaaaaa!!!! ... qué cólera.
El segundo tiempo Mansilla corrigió, adelantó líneas e hizo ingresar a Carlos Aparicio por David Rivas, y el Aliancita tomó las riendas y arrinconó a los ahuachapanecos, quienes se limitaron a contragolpear en un par de ocasiones. El Caballito volvió a su función de carrilero. Y el Alianza pisó terreno rival siempre que se lo propuso, aunque aún presentaba algunas debilidades en la media, mismas que terminaron cuando Góchez sustituyó a Navarro. Con éstos cambios el Alianza fué grande, pero lastimosamente no supieron capitalizar el abrumador dominio al que sometían a los canarios.
Luego llegó la expulsión de Carballo, quien a mi juicio debió ahuecar en la primera mitad porque su tarde fué fatal. Afortunadamente la expulsión no afectó el rendimiento del equipo, pues en ningún momento el Alianza bajó ritmo, es más, lo intensificaron.
Ossandón hizo hoy su mejor juego. Recibió y pasó balones, arrastró marcas, se movió por todo el frente de ataque, peleó contra una defensa fuerte, pero no recibió apoyo oportuno para hacer paredes y abrir el cerrojo impuesto por el once.
El cipote Novoa hoy no mostró el repertorio que le conocemos, pero tengamos en cuenta que Once Municipal es un equipo que no deja jugar, impone una marca asfixiante y quizá demasiado fuerte para el bicho. A mi juicio debió ser sustituído.
Albarrán, como siempre, echándose el equipo al hombro. Es un verdadero guerrero.
El resto del equipo, falló en la primera mitad, pero cumplió en la segunda.
Lastimosamente no pudimos rescatar el juego, pero hay que reconocer que el Once Municipal es un equipo muy bien armado, y hoy, estaban en su cancha.
La afición alba apoyó al equipo en todo momento, aunque siempre se oyen algunos insultos, pero provienen de aficionados a quienes el alcohol les nubla mucho la vista ... y el cerebro.

Esto es lo que ví ... pero a pesar de todo, sigo creyendo en la Décima.