Enfundado en un impecable traje negro, al tono con su corbata del mismo color y una camisa blanca, Marvin Reinaldo Benítez, defensor del Alianza, hizo probablemente la jugada más importante de su vida: contrajo matrimonio con María del Carmen Álvarez, su novia.

El oratorio San José, en el mero corazón de San Miguel, fue testigo de la ceremonia religiosa del ex futbolista del Limeño, Águila y la selección nacional, que no podía ocultar su felicidad. Sonreía a todo aquel que se le acercaba a felicitarlo.

Conocido por todos como “La Perica”, Benítez hizo su entrada a la iglesia alrededor de las 5:30 p.m., donde le aguardaban -además de los flashes de los fotógrafos- más de 200 personas entre familiares y amigos de la pareja. Curiosamente no había jugadores de fútbol, ya que sus actuales compañeros de Alianza se encuentran en San Salvador y los de Águila, donde dejó muy buenos recuerdos, ya estaban concentrados para el juego contra el Balboa.

Mientras todos los invitados seguían su camino hacia la Quinta Analí, donde se realizó la gran fiesta, la pregunta de todos era la misma. ¿Jugará Benítez contra el Chalatenango mañana por la tarde? La respuesta la dará el técnico Odir Jacques, quien evaluará si el lateral esta en condiciones o no de ser de la partida.

Sin descanso

“Perica” hubiera tenido una luna de miel algo más larga si el árbitro Ramón Migdonio Argueta le habría mostrado la tarjeta roja contra FAS el último domingo.

Marvin se la pasó discutiendo con el hombre de negro durante todo el partido, pero el juez tuvo la suficiente paciencia como para perdonarlo. Quizás no sabía que si lo expulsaba le estaba haciendo, indirectamente, un gran favor.